El pueblo de Alicante que tiene muchos más trabajadores que habitantes
- El municipio cuenta con 2.623 personas dadas de alta en la Seguridad Social y solo 2.154 censados -incluidos jubilados y menores de edad- - La actividad del polígono La Granadina, con muchos empleados procedentes de otras poblaciones explica las cifras
Medio: Diario INFORMACION
14/08/2023
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San Isidro en uno de los municipios más pequeños de la Vega Baja aunque ha ido ganando poco a poco población en los últimos años. Su último dato oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que cuenta con 2.154 almas. Sin embargo la estadística -también oficial- del Ministerio de Seguridad Social señala que cuenta con 2.623 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social, osea que el pueblo cuenta con 469 trabajadores más que vecinos censados -lo que incluye a la población total de menores de edad y jubilados-.
La media de dados de alta en la Seguridad Social en otros municipios de la Vega Baja suele situarse en torno al 30% sobre la población total. Por ejemplo, Orihuela cuenta con 27.000 trabajadores dados de alta sobre un censo total de 81.000. Con esa misma proporción San Isidro solo debería contar con unos 700 vecinos en el mismo registro.
El alcalde Manuel Gil (PSOE) es prudente y opta por no hacer una interpretación precipitada de un dato que no conoce en profundidad. Pero sí recuerda que en el municipio hay dos polígonos industriales que multiplican en superficie al casco urbano. «La Granadina» con más de 900.000 metros cuadrados, que acoge uno de los principales centros logísticos de Mercadona en España, pero además trabaja a pleno rendimiento otro centro similar de Aldi y de la constructora de maquinaria Boix, que fue una de las primeras en establecerse en la zona industrial, entre otras muchas.
Esta circunstancia podría explicar esa diferencia entre población de hecho y población censada. Las empresas dan de alta a los empleados en su lugar de trabajo, pero buena parte de esos trabajadores no viven en San Isidro. Proceden de otras poblaciones de la comarca y de la provincia, buen indicativo de la dimensión de la concentración de actividad económica que genera la zona industrial, la primera en la provincia constituida como Entidad de Gestión y Modernización (EGM).
Solo el centro logístico de Mercadona emplea a un millar de personas, señala el joven alcalde Gil. Y ocupa la mitad del polígono. La Granadina, ubicada estratégicamente a medio camino entre las grandes ciudades de la Comunidad Valenciana y Murcia, se convierte además en zona de descanso para docenas de trabajadores del sector del transporte por carretera.
Colonia
Si destacable es el dato de la concentración de trabajadores de alta en la Seguridad Social también lo es la propia historia de San Isidro como pueblo. Fue creado de cero, como la vecina pedanía crevillentina del Realengo, por el Instituto Nacional de Colonización en 1953. El proyecto, enmarcado en el ideario Falangista-Cristiano, era que población sin recursos procedente de Castilla La Macha -algunos desplazados de pueblos inundados por pantanos-, de Murcia, Andalucía y también de la propia Vega Baja pusiera en producción las tierras disponibles en torno al humedal del Hondo de Elche, en plena lucha entonces contra la despoblación en las zonas agrícolas.
Los colonos recibieron lo que ahora constituye la auténtica seña de identidad del municipio: casas grandes de planta baja y un piso, con patio interior y un almacén de aperos donde debía caber un carro, convertidos ahora en holgados garajes de vivienda unifamiliar.
Pero los recursos hídricos para arrancar esa actividad agrícola eran muy pobres. Procedían de pozos salinizados y ni los granados, adaptados a la alta conductividad del riego, la soportaban. No por nada el paraje donde se levantó el nuevo poblado se llamaba El Saladar. Hasta el punto de que muchas de las familias recién llegadas tuvieron que recurrir de nuevo a la emigración para garantizarse la subsistencia y dejaron su nueva casa -que obtuvieron en propiedad 25 años después de su construcción-.
La Granadina
Todo cambió en los años 80. Comenzaron a llegar los recursos del trasvase Tajo-Segura inyectando dinamismo en la actividad agrícola. Pero sobre todo, comenzó a construirse el polígono industrial. En aquel momento en término de Albatera, separada de San Isidro por la autovía del Mediterráneo. En 1993, tras un periodo como entidad local menor, San Isidro logró la segregación de Albatera. Y luego, por la vía judicial, consiguió ampliar su término municipal y arrebatar al vecino la joya de la corona: La Granadina.

La visión de futuro del pueblo de San Isidro no se quedó ahí. Promovió otro polígono con más de 200.000 metros junto al casco urbano y ahora es uno de los pocos municipios del interior de la comarca que no depende del sector servicios que nutre al turismo o de la construcción de vivienda turística, aunque muchos de sus vecinos sí están empleados en ese sector. Pese a su overbooking de altas en la Seguridad Social la tasa de paro en San Isidro alcanza al 15%, aunque es sensiblemente inferior a la media de la comarca del 20%,.